TEQUILADOR

Nuestro tequila está hecho según el método tradicional que se inicia procesando el corazón de la planta conocida como agave azul (Agave Tequilana Weber). El agave azul tiene hojas alveoladas llenas de espinas conocidas como pencas. Los primeros pobladores de la región llamada Tequila usaron las espinas como agujas para coser sus prendas, hicieron papel de sus hojas, y aprovecharon los jugos del agave como remedios medicinales.

El tequila se ha hecho sinónimo de la cultura y la herencia de México. Como el Champangne y el Cognac son originarios de Francia, el tequila es identificado por la región geográfica de donde proviene: Tequila, en el estado Mexicano de Jalisco. Aunque existen varias especies de agaves, sólo puede ser fermentada y destilada para hacer tequila la variedad “Agave Azul Tequilana Weber. Debido a una combinación única de altitud, condiciones de suelo, humedad, precipitación anual, temperatura media y exposición al sol, el oeste mexicano es el único lugar conocido en el mundo donde el Agave Azul crece de forma abundante.

El cultivo de la planta del tequila fluctúa entre 7 y 12 años para que llegue a madurar y esté en su punto óptimo para la “jima” o cosecha. Los jimadores, trabajadores que cosechan agaves, son expertos en el cultivo de agave azul. El instrumento tradicional de los jimadores es la coa, con la que desprenden la “piña” de las raíces enclavadas en el suelo volcánico de color rojizo, y con la que también cortan las pencas espinosas del cuerpo de la planta para revelar el corazón en forma de piña. Estas pesan entre 30 y 50 kilos y, una vez cosechadas y listas, son transportadas hasta una destilería para comenzar el proceso de obtención del tequila.

Los agaves cultivados se someten a un riguroso proceso controlado por el Consejo Regulador del Tequila, el cual asegura que el origen, la madurez, el peso y la calidad de éstas piñas cumplan los estándares establecidos.

Las piñas, que contienen almidón puro, son cocidas al vapor en hornos entre 24 y 36 horas, a temperaturas que alcanzan hasta 95 grados centígrados. Las piñas tienen un color amarillo pálido. Después de la cocción la piña posee un color marrón/naranja y emite un olor dulce, parecido a un caramelo. Las piñas cocinadas son molidas en molinos a fin de extraer los jugos del agave y obtener el agua de miel o aguamiel.

El aguamiel es combinada con levaduras escogidas, según nuestra particular y única fórmula, dentro de una tinta para fermentar, produciéndose una serie de subproductos que incluyen el alcohol y el metanol. El proceso de fermentación se ve afectado por el clima, por lo que son necesarios ciertos métodos de control que unifiquen los resultados.

Una vez que el aguamiel se ha fermentado se pasa por un alambique de cobre, donde se separan los alcoholes buenos de los malos. Dicho proceso es controlado por el “Experto Tequilador”, quien con su experiencia le da el toque particular después de la segunda destilación.

Según la ley mexicana, el tequila reposado debe ser añejado en barriles de roble. El tequila Blanco, el más joven, entre 14 y 21 días; el Tequila Oro, hasta dos meses. El Tequila Reposado se almacena hasta un año y los Tequilas Añejos, más de un año.